Daniel y Fabián trabajan como personal de mantenimiento en el ámbito de la construcción. También son padres, esposos y exinmigrantes indocumentados.
Una Década de Abuso:
Durante casi una década, trabajaron para un empleador no perteneciente al sindicato. Soportaban largas jornadas de trabajo, recibían un salario bajo, sufrían acoso verbal y discriminación, y debían tolerar un entorno laboral inseguro, con diversas infracciones de seguridad e higiene. Estaban de guardia las 24 horas del día, los 7 días de la semana, pero ni siquiera recibían un pago adicional que compense los trabajos realizados fuera del horario laboral habitual. No recibieron aumentos de sueldo durante los últimos cinco años de empleo. Como estaban trabajando sin la documentación correspondiente, Daniel y Fabián sentían que no podían hacer nada para mejorar su situación. Al igual que muchos trabajadores inmigrantes, se sentían acorralados e indefensos.
La Lucha por Sindicalizarse:
Daniel, Fabián y otros trabajadores finalmente decidieron pedir ayuda a LIUNA para mejorar sus condiciones laborales y su salario, su empleador tomó represalia mediante una campaña ilegal de intimidación para que los trabajadores reconsideren aquella medida. El empleador utilizó su condición de inmigrantes para amenazarlos con tomar acciones legales y denunciarlos ante las autoridades federales. A pesar de estas tácticas intimidatorias ilegales, Daniel, Fabián y los demás trabajadores decidieron continuar con su lucha por sindicalizarse. Una semana antes de la fecha de su voto para unirse al sindicato, en diciembre de 2012, Daniel y Fabián fueron injustamente despedidos y desalojados de las viviendas que eran propiedad de su empleador en un evidente intento por interferir en los esfuerzos de organización de los trabajadores.
Dificultades Familiares:
el despido y el desalojo no solo produjeron consecuencias para Daniel y Fabián. También influyó de forma negativa en sus familias. Como trabajador indocumentado, Daniel tuvo grandes dificultades para encontrar un nuevo empleo. La pérdida de su hogar y de sus ingresos puso en riesgo la continuidad de la educación de sus hijos de Daniel. La angustia que provocó el despido y el desalojo agravó la diabetes de la esposa de Fabián, quien empeoró mucho y amenazó a su marido con divorciarse, mientras que su hijo no le habló durante semanas.
El Aporte de LIUNA:
A pesar de las graves dificultades que enfrentaban sus familias, Daniel, Fabián y los demás trabajadores optaron por unirse a LIUNA como miembros del Local 55. Incluso antes de la votación de organización, LIUNA se alzó en defensa de Daniel, Fabián y los demás al presentar una demanda de prácticas laborales injustas contra el empleador no sindical por sus acciones ilegales. Los miembros del Local 55 ayudaron a Daniel, a Fabián y a los demás a buscar un nuevo empleo con contratistas del sindicato en el que, por fin, recibieran un salario digno por sus tareas. Los miembros del Local 55 también visitaron a las familias de los miembros más recientes para poder aliviar la tensión, ofrecer apoyo moral y asegurarles que todo saldría bien.
Después de asegurarse una nueva vivienda y un nuevo empleo sindical, Daniel, Fabián y muchos otros decidieron continuar con la lucha y, junto con LIUNA y otras organizaciones, se alzaron en una campaña de cuatro años para convertirse en trabajadores legales. En diciembre del año pasado, Daniel y Fabián recibieron visas U, que les permiten trabajar de manera legal en los Estados Unidos.